El tema sobre el cual me voy a explayar ahora, no es recomendable que lo lea gente susceptible o que se encuentre padeciendo un estado depresivo, en estos casos por favor abstenerse.
Días pasados, un veterano de la guerra de Malvinas se encontraba en su domicilio junto a su mujer y le dice que vaya a la escuela a buscar a los chicos, él se quedaría realizando algunas tareas. Minutos después este hombre, se dirige al bar próximo al domicilio de la familia, pide un vaso de vino y comienza un diálogo con el dueño sobre un tema inespecífico, al cabo de un rato se retira para suicidarse de un tiro en la cabeza.
Quienes lo conocían decían que se encontraba relativamente estable, incluso la última persona con quien dialogó afirmó haberlo visto mejor que nunca, por lo cual le llamó poderosamente la atención la drástica determinación tomada por su cliente.
Como primera medida es importante que quienes han tenido que afrontar situaciones extremadamente graves, en este caso una guerra, sean tratados a largo plazo por especialistas en salud mental, puesto que es muy probable que hayan desarrollado una enfermedad que existió siempre, pero desde hace no mucho se la ha clasificado con el nombre de "
trastorno por estrés post traumático", que puede manifestarse inmediatamente después de un evento trágico, o mantenerse latente en lo más profundo del subconsiente e irrumpir abruptamente llevando al individuo a situaciones en extremo delicadas.
Cuando una persona sufre depresión, y de repente su círculo familiar, amigos o conocidos lo observan como si se hubiera recuperado súbitamente, no hay que confundirse, generalmente es porque ha tomado la decisión de quitarse la vida y esto es lo que les produce ese estado de relativa euforia o falsa
eutimia, al suponer que a la brevedad terminará su sufrimiento. Esta situación también puede presentarse dentro de los primeros días de haber sido medicado con antidepresivos, puesto que los mismos tienen un período de latencia que oscila de quince días a un mes. Al comenzar a actuar la medicación, al principio puede producirse un efecto desinhibitorio, mientras que la mejoría del estado de ánimo tarda más tiempo, y el paciente adquirir la firmeza de la que antes carecía por su agudo estado de melancolía y suicidarse, por eso los familiares deben estar muy atentos y ante cualquier duda consultar inmediatamente con el médico.
Quien padezca de estos problemas debe saber antes que nada, que no se trata de una debilidad espiritual ni falta de voluntad para realizar sus actividades, es un desbalance químico en el cerebro que generalmente involucra a neurotransmisores tales como la serotonina, noradrenalina y dopamina, por este motivo si bien en algunos casos puntuales el psicoanálisis puede ser útil, aquí está completamente contraindicado al ser un problema biológico, que debe ser tratado con medicación específica y probablemente con
terapia cognitiva. La mayoría de las personas tratadas se recupera, pudiendo realizar una vida normal.
Estos temas son sumamente desagradables, pero es conveniente que la gente esté prevenida porque así se podrán evitar males mayores.