El intento del gobierno para mantener desinformada a la población ha fracasado una vez más, la crisis energética es imposible de ocultar, simplemente porque en miles de hogares a lo largo y ancho del país se suceden en algunos casos a diario los previsibles cortes de electricidad por la inexistencia de políticas racionales para el sector. No es el estado, sino los privados los únicos que se encuentran en condiciones de realizar las inversiones indispensables para mejorar la oferta de megawatts, pero para que ello ocurra deben darse las indispensables condiciones de seguridad jurídica, sin las cuales nadie se atrevería a arriesgar su capital por el zigzagueo constante de funcionarios que cuando firman un contrato lo incumplen a los pocos días intentando acomodar la realidad a su gusto como si se tratase de un cuento de hadas.
Cuando se encienden los generadores alternativos de electricidad o deben prenderse las linternas, todo el palabrerío oficial resulta insuficiente para contrarrestar la oscuridad, que en este caso también es de ideas.
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