Ayer, 24 de abril, se recordó a las víctimas del primer genocidio del siglo XX, el sufrido por el pueblo Armenio e infringido por el imperio Otomano.
Si la comunidad internacional se hubiese opuesto enérgicamente a ese hecho tan deleznable, muy probablemente el holocausto sufrido por los judíos durante la segunda guerra mundial, no se hubiese producido. Nadie más se animaría a terminar con la vida de tantos seres inocentes, puesto que la humanidad en su casi totalidad, bajo ninguna circunstancia lo permitiría, y los responsables de tales hechos recibirían en ese mismo momento la merecida condena, que recién se produjo cuando todas las atrocidades habidas y por haber ya habían sido consumadas.
Preocúpense por mi, que yo siempre me preocuparé por ustedes, y todos podremos vivir en armonía.
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