En los sectores carecientes es habitual que las familias tengan un gran número de hijos, y al no poder alimentarlos con la cantidad adecuada de proteínas, vitaminas y minerales no logran un desarrollo normal, tanto óseo como neurológico, convirtiendolos por esto último, en individuos que nunca tendrán un adecuado desempeño intelectual por las secuelas que el déficit nutricional produce en el cerebro.
La promiscuidad habitual en que se desarrolla la vida de estas familias, somete a los niños a un estado de tensión permanente, al no tener un espacio en su domicilio para un mínimo de intimidad, lo mismo que a sus padres. En estas condiciones estresantes y en medio del descontrol cotidiano, suelen ser presa fácil de inescrupulosos, para utilizarlos con fines delictivos o sexuales.
En definitiva la gente debe tener los conocimientos mínimos para ejercer una sexualidad natural, y decidir libremente cuantos hijos quiere procrear.
2 comments:
Charly ...eso sería lo ideal, pero cuanto más hambre tienen estas personas, parece qué son más fecundas esto va en función de la supervivencia de la especie.
Besos!
Valeria, muy interesante tu comentario. Me quedé pensando sobre el tema en cuestión.
Besos!
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