Está fuera de toda discusión de que el medio de transporte más seguro que existe en la actualidad es la aviación, gracias al impresionante desarrollo que ha tenido la industria aeronáutica en las últimas décadas.
A veces lamentablemente ocurre algún accidente, y cuando se analizan las causas, en el 85% de los casos se llega a la conclusión de que fue ocasionado por una falla humana. No por esto hay que caer en el exceso en el que incurren algunas compañías al responsabilizar al piloto para redimir sus propias culpas, puesto que el error cometido generalmente es el último eslabón de una larga cadena de pequeños hechos, que en su conjunto resultan en un efecto sinérgico de consecuencias desastrosas.
La seguridad aérea cada vez es mayor no sólo por los estándares de calidad alcanzados tanto en el diseño y en el mantenimiento de las aeronaves, sino por la cuidadosa selección e instrucción de los pilotos de las líneas aéreas, quienes para llegar a ocupar el cargo de comandante precisan de una considerable experiencia, incluyendo regulares y exigentes prácticas en simuladores de vuelo en donde el piloto tiene que revalidar su licencia ante estrictos instructores, y además cada seis meses someterse a un completo examen sicofísico a cargo de médicos especialistas en medicina aeronáutica.
Todos los pilotos dicen que volar es seguro y que si no fuera así se quedarían en tierra, y no hay ninguna duda de que tienen toda la razón del mundo.
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