Esta madrugada en la provincia de Santa Cruz ocurrió un hecho trágico, que era previsible desde el momento en que las autoridades renunciaron a a cumplir con las funciones que establece la ley, en este caso puntual, en lo que respecta a la forma de manifestar determinados grupúsculos.
Días atrás por orden de un juez de aquella provincia, fue detenido uno de los dirigentes de los llamados grupos piqueteros, y sus compañeros, o mejor dicho sus secuaces, se dirigieron hacia la comisaría donde este individuo se encontraba detenido, e intentaron ingresar, la policía se defendió como pudo, pero como los agresores eran tantos yestaban armados no pudieron hacerles frente, y el saldo fue de un policía muerto, y diez heridos, uno de ellos de gravedad, pudiendo evadirse el detenido.
Este hecho implica una escalada en la violencia cotidiana a la cual nos vemos sometidos los argentinos, por la displicencia de nuestros gobernantes al no querer accionar contra insignificantes minorías, que lo único que logran es complicarle la vida al resto que aborrecemos esas metodologías violentas de protesta.
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