El estado es un mal empresario

Cuando el estado pretende convertirse en empresario, lo único que logra es llevar a la bancarrota las empresas que administra, particularmente en nuestro país, debiendo los contribuyentes financiar con sus exorbitantes impuestos las irregularidades cometidas.

En un sistema republicano el sector privado es el motor de la economía. Las políticas socialistas, populistas e intervencionistas fracasaron estrepitosamente en todos los desdichados países donde fueron aplicadas. La libertad económica y política es un derecho de todos los seres humanos que nadie debería restringir.