La economía puede ser definida como la ciencia que se ocupa del estudio de los bienes escasos, por lo tanto no hay duda de que el aire que respiramos no es un bien económico, puesto que hay en cantidades abundantes, y todos los seres humanos podemos acceder a el en forma directa.
En cuanto al agua, no se puede decir lo mismo, porque es un recurso que tiende a ser cada vez más escaso en el mundo en que vivimos, fundamentalmente por la contaminación absolutamente innecesaria e injustificada que genera el ser humano, y por la negativa tácita de la comunidad internacional de naciones de ponerle freno a la dilapidación de este recurso indispensable para la vida.
En el cono Sur de América, comprendiendo parte de la superficie de Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, se encuentra el Acuífero Guaraní, el cual cuenta con una superficie de 1.190.000 km cuadrados, equivalente a la que en conjunto poseen España, Francia y Portugal. Esta formidable reserva de agua dulce es la tercera en importancia en el mundo, la cual debe ser preservada de la polución y así asegurarle a la población, de esta región del continente, el acceso al líquido elemento en estado puro, tal cual le ha sido legado por la naturaleza, y no permitir que la irracionalidad de algunos pueda poner en riesgo eso que nos pertenece a todos.
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