Saturday, February 10, 2007

Los misterios del cerebro humano


El trastorno obsesivo compulsivo (TOC), es una enfermedad mental clasificada dentro de los desórdenes por ansidad, que se presenta desde leve hasta incapacitante, y se caracteriza por la recurrencia de pensamientos, sentimientos e ideas que pueden ser martirizantes y la necesidad imperiosa e inevitable de cumplir con los más variados rituales, hasta el extremo de poner en peligro la vida del afectado y la de quienes lo rodean.

Afortunadamente este problema si bien no se cura, se puede tratar de manera eficaz a través de una combinación de medicación psicotrópica y psicoterapia cognitiva, además del estricto cumplimiento por parte del paciente de las indicaciones de los profesionales que lo atienden.

Antiguamente se creía de que su origen era eminentemente psíquico, pero posteriormente gracias a los métodos de diagnóstico por imágenes, como por ejemplo el SPECT (Single Photon Emission Computed Tomography), se detectó en quienes padecen este trastorno, una alteración neuroquímica en el lóbulo frontal del cerebro, región que controla los impulsos del ser humano.

Años atrás cuando los tratamientos no estaban tan desarrollados como ahora, de acuerdo a lo leído en un libro de psiquiatría, un estadounidense abrumado por su enfermedad que lo hacía lavarse las manos más de cien veces por día y ducharse varias decenas, tomó la drástica determinación de quitarse la vida, para lo cual se dirigió al sótano de su vivienda tomando una carabina con la cual se disparó un tiro en la cabeza. La sorpresa que tuvieron los médicos tratantes, al igual que él mismo, fue que no solamente continuó con vida, sino que se curó de su enfermedad. Lo que ocurrió es muy sencillo, el proyectil destruyó solamente la parte afectada de su cerebro.

Espero que si alguien que lea estas líneas y padezca este problema concurra de inmediato a un centro de salud mental, y no intente emular a la persona cuya historia acabo de contar.


SPECT Cerebral

1 comment:

Gavriel said...

Charly:
Es cierto amigo. No es cuestión que se ande curando las enfermedades mentales a los tiro, no?
Ese hombre tuvo suerte, claro.
Buena info como siempre.
Abrazo!