La comunidad libanesa radicada en Buenos Aires, está en su derecho al manifestar en forma pacífica y ordenada ante la embajada de Israel, por lo que ellos consideran un atropello a su soberanía por parte del Estado hebreo.
El mismo derecho tienen los israelitas, en manifestar su desacuerdo por el apoyo que según ellos, brinda Irán a determinados grupos fundamentalistas que realizan atentados en diferentes lugares del mundo, incluido Argentina. Lo que resulta inadmisible, es que un grupo de facinerosos autodenominado Quebracho, (con perdón de tan noble madera), se presenten enmascarados y con elementos contundentes para impedir una manifestación pacífica ante la sede diplomática del país persa.
Resulta muy sorprendente que el fundador de esta organización de violentos, ocupe un alto cargo en el gobierno de la provincia de Buenos Aires. Violento no significa ser valiente, diría que es exactamente lo contrario, porque en una oportunidad gente de esa agrupación ingresó en el patio de armas del Estado Mayor del Ejército, y los militares que se encontraban dentro del edificio, dijeron que iban a salir sin armas y los iban a expulsar a golpes de puño. Por temor a quedar en el más absoluto de los ridículos, por la paliza que hubieran recibido, los de Quebracho se retiraron rápidamente no volviendo ingresar al citado lugar.
De más está decir la pasividad oficial, ante estos hechos que se vienen reiterando cada vez con mayor frecuencia.
2 comments:
Charly...cómo estás amigo, pasé por aquí para saludarte, que desastre lo que comentas.
Un beso.
Valeria,esos individuos gozan de una impunidad inconcebible, pero conforman un grupo ultraminoritario. Me pregunto quien los apoyará.
Besos!
Post a Comment