El mejor sistema económico

La realidad ha demostrado que que el mejor sistema económico existente es sin lugar a dudas el capitalismo competitivo, el cual fue exitosamente aplicado no solamente en los países del primer mundo, sino también en aquellos en vías de desarrollo, como por ejemplo Irlanda, Nueva Zelanda y Australia, y un paso más adelante, España que tras mas veinte años de políticas de mercado, logró insertarse en la comunidad internacional de manera notoria, y mejorar significativamente el nivel de vida de su población.

Como contrapartida las políticas populistas, estatistas, e intervencionistas han fracasado rotundamente en en todos los países cuyos dirigentes han tenido el desatino de implementarlas, el ejemplo más evidente lo tuvimos en la Europa previa a la caída del muro de Berlín. En los países del este de aquel continente, había un déficit sideral en cuanto a libertades individuales y un paupérrimo nivel de vida de la población, el cual a partir de la debacle Marxista, y tras un proceso de democratización y de adaptación a los nuevos esquemas vigentes, en esos países otrora atrasados y sojuzgados, paulatinamente se fue gestando un proceso de modernización, no sólo en política y económia sino también cultural, de tal forma que actualmente reciben inversiones de diferentes corporaciones y han logrado mejorar sus índices micro y macroeconomicos, situación que hubiese sido impensable con el antiguo y superado sistema de economía centralizada, en un estado gigante pero sin reflejos y totalitario, para adaptarse a los requerimientos de una sociedad moderna.

También es bueno recordar que en varios países latinoamericanos desde hace muchos años por comodidad de algunos sectores empresariales, que se quedaron estancados en la primera mitad del siglo XX, se ha venido corporizando, un capitalismo prebendario a partir del subsidio estatal y todo tipo de protecciones, que lejos de beneficiar al país les ha permitido a esos grupos tener mercados cautivos, neutralizando la competencia con un concepto arcaico que es el de la sustitución de las importaciones, que permitió a esa clase empresarial producir sin esmerarse mayormente en la calidad, y condenó al consumidor a no tener otra alternativa que adquirir sus productos, ya que los precios de los bienes importados resultaba prohibitivo para la mayoría de los asalariados.

No puede haber ninguna duda de que un mercado abierto en el cual abundan los ofertantes, la sociedad toda se verá beneficiada, porque cada uno de aquellos, se deberá esmerar lo suficiente, para producir mejores bienes y servicios abaratando los costos, e incorporando nuevas tecnologías, y todo esto redundará en una mayor actividad económica y mejor calidad de vida de la población, permitiendo que el estado recaude lo suficiente, como para poder ocuparse de sus tareas específicas, que son la educación, la salud, la justicia y la seguridad.

Tampoco se pueden dejar de mencionar aquellas prácticas corruptas, vinculadas con el afán de querer obtener beneficios al margen de la ley, considerando al hombre no como un ser indivisible sino como a un elemento descartable de la cadena productiva, a esto el papa Juan Pablo II lo denominó capitalismo salvaje, política nefasta que debe ser desterrada por un modelo de libertad económica, con instituciones sólidas que funcionen estrictamente subordinadas a la ley.