Esto es tan obvio que suele no ser tenido en cuenta por los ciudadanos, tal vez porque ya estén acostumbrados a que les coloquen la mano en el bolsillo. La dirigencia política, debería tener el decoro de no utilizar dinero ajeno para sus prácticas demagógicas, al dilapidar los recursos de la ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social) puesto que sus verdaderos dueños son nuestros abuelos, que han aportado durante décadas, y los que en un futuro cercano o lejano nos jubilaremos.
Tampoco es admisible efectuar ninguna clase de presión sobre las AFJP (Administradoras de Fondos, de Jubilaciones y Pensiones), siempre y cuando éstas procedan dentro de la ley, por los motivos antes enumerados.
El sueño dorado de los populistas, es apoderarse de todas las fuentes de dinero genuino, engulléndolo como si fueran cocodrilos, para poder repartirlo de acuerdo a sus mezquinos intereses personales, con las desastrosas consecuencias que ello trae aparejado al generar desequilibrios macroeconómicos dañando la credibilidad de un país y fomentando una cultura clientelista y prebendaria, que degrada al individuo y lo convierte en un esclavo voluntario, siendo para estos últimos la ley del menor esfuerzo, la mejor de todas.
Tampoco es admisible efectuar ninguna clase de presión sobre las AFJP (Administradoras de Fondos, de Jubilaciones y Pensiones), siempre y cuando éstas procedan dentro de la ley, por los motivos antes enumerados.
El sueño dorado de los populistas, es apoderarse de todas las fuentes de dinero genuino, engulléndolo como si fueran cocodrilos, para poder repartirlo de acuerdo a sus mezquinos intereses personales, con las desastrosas consecuencias que ello trae aparejado al generar desequilibrios macroeconómicos dañando la credibilidad de un país y fomentando una cultura clientelista y prebendaria, que degrada al individuo y lo convierte en un esclavo voluntario, siendo para estos últimos la ley del menor esfuerzo, la mejor de todas.
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