Las otras noches escuché en un programa radial la opinión de un meteorólogo que ponía en duda la verosimilitud de los pronósticos de las condiciones climáticas más allá de los días, refutando a aquellos que se aventuraban a decir que éste iba a ser un verano muy cálido. Tal vez lo sea, o tal vez no, pero no hay ningún fundamento científico de peso para asegurarlo. Un invierno extremadamente frío en Europa, no es indicativo de que vaya a ocurrir lo mismo en nuestro continente. De este a oeste, Europa y Asia tienen una longitud enorme y en su totalidad se ven influenciadas por no tener el efecto compensador con que contamos en el cono Sur de América, por estar a una relativamente corta distancia de dos océanos como son el Atlántico y el Pacífico, con el agregado de que sus aguas son frías.
El tan comentado calentamiento global no hay duda que se está produciendo, pero por lo dicho por tan eminente meteorólogo, las variaciones han sido en décimas de grado en un largo período de tiempo, algo así como un siglo, y las temperaturas actuales, si bien son elevadas, se consideran habituales para esta época del año.
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