Desde hace unos días se viene hablando de la construcción de un gasoducto desde Venezuela hasta Argentina, pasando lógicamente por Brasil, algo que resulta sorprendente teniendo en cuenta de que Bolivia posee importantes reservas de hidrocarburos, y actualmente nos provee de gas a un buen precio, aunque el nuevo gobierno muy probablemente determine un incremento en la tarifa.
Los entendidos en materia energética afirman que el costo que tendría el gas venezolano, por la distancia que debería recorrer, sería mayor que si fuese transportado en barco, además algo que resulta incomprensible, es que el precio presupuestado para la construcción de dicho gasoducto, oscila en alrededor de los 2 millones de dólares por kilómetro, cuando en el resto del mundo el costo es de la mitad. Por todo esto nuestros legisladores tienen una oportunidad para analizar detenidamente el tema, en el caso de que se evalúe la posibilidad de llevarlo a cabo, y tomar la decisión que sea más conveniente para nuestro país, y espero que no se vuelva a vulnerar el principio de la separación de poderes, porque nosotros, los ciudadanos que puntualmente pagamos nuestros impuestos, no podemos admitir que con los recursos del estado se haga cualquier obra sin un mínimo de racionalidad.
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