De todos nuestros órganos, es el cerebro el cual consume más calorías si consideramos su tamaño y peso. Esto se debe a las múltiples funciones que desarrolla en un elevado porcentaje todavía ignoradas por la ciencia, a pesar de los formidables métodos de diagnóstico por imágenes como pueden ser el mapeo cerebral, la tomografía por emisión de fotones, la resonancia magnética espectroscópica, etc.
Gracias al electroencefalograma, se pudo determinar hace muchos años la actividad bioeléctrica de ese universo de neuronas. Nuestros pensamientos son una forma de energía, y si éstos son positivos, cuando realizamos un emprendimiento tendremos mayor vitalidad para llevarlo a cabo, esto es algo evidente, generalmente no se evalúa que esa energía produce un campo magnético contribuyendo a nuestra autosuperación. De la misma manera, pensamientos de frustración y minusvalía nos alejan de lo deseado, llevándonos a encrucijadas de las cuales puede ser muy difícil salir.
La actitud positiva genera entusiasmo y convicción, condiciones necesarias y excluyentes para que exista la fuerza de voluntad requerida. Los grandes logros primero fueron visualizados, posteriormente se trabajó durante años, tal vez décadas, hubo casos en los que se sufrieron innumerables injusticias, pero gracias a la perseverancia todos los obstáculos fueron superados. Nelson Mandela desde siempre soñó con la libertad de su pueblo, con un gobierno democrático que respetara las libertades individuales, estuvo injustamente veintisiete años encarcelado hasta que obtuvo su tan ansiada libertad, iniciando inmediatamente un arduo proceso de negociaciones para la erradicación de uno de los sistemas políticos más oprobiosos de la historia, como fue el apartheid, que terminó para siempre cuando fue votado por casi el 65% de los sudafricanos, llegando al poder sin odios y sin espíritu de revancha. Si Mandela hubiera pensado en negativo, en los largos años de reclusión, su personalidad se hubiera deteriorado al punto de imposibilitarle tener el criterio y la estabilidad emocional para afrontar el más grande desafío de su vida, tratar de reconciliar a su pueblo. Con mentalidad positiva, cumplió su objetivo.
Gracias al electroencefalograma, se pudo determinar hace muchos años la actividad bioeléctrica de ese universo de neuronas. Nuestros pensamientos son una forma de energía, y si éstos son positivos, cuando realizamos un emprendimiento tendremos mayor vitalidad para llevarlo a cabo, esto es algo evidente, generalmente no se evalúa que esa energía produce un campo magnético contribuyendo a nuestra autosuperación. De la misma manera, pensamientos de frustración y minusvalía nos alejan de lo deseado, llevándonos a encrucijadas de las cuales puede ser muy difícil salir.
La actitud positiva genera entusiasmo y convicción, condiciones necesarias y excluyentes para que exista la fuerza de voluntad requerida. Los grandes logros primero fueron visualizados, posteriormente se trabajó durante años, tal vez décadas, hubo casos en los que se sufrieron innumerables injusticias, pero gracias a la perseverancia todos los obstáculos fueron superados. Nelson Mandela desde siempre soñó con la libertad de su pueblo, con un gobierno democrático que respetara las libertades individuales, estuvo injustamente veintisiete años encarcelado hasta que obtuvo su tan ansiada libertad, iniciando inmediatamente un arduo proceso de negociaciones para la erradicación de uno de los sistemas políticos más oprobiosos de la historia, como fue el apartheid, que terminó para siempre cuando fue votado por casi el 65% de los sudafricanos, llegando al poder sin odios y sin espíritu de revancha. Si Mandela hubiera pensado en negativo, en los largos años de reclusión, su personalidad se hubiera deteriorado al punto de imposibilitarle tener el criterio y la estabilidad emocional para afrontar el más grande desafío de su vida, tratar de reconciliar a su pueblo. Con mentalidad positiva, cumplió su objetivo.
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