Días atrás el presidente de Irán expresó en una reunión de representantes musulmanes de diferentes países, que el estado de Israel debía ser borrado del mapa. Tales manifestaciones en un jefe de estado son de una gravedad inusitada, puesto que incitar a la violencia, en este caso a un genocidio, es algo que la comunidad internacional no puede permitir.
De no mediar una clara rectificación y un concreto pedido disculpas por parte de las autoridades iraníes, se justificaría, a mi entender, la expulsión de dicho país de la ONU, porque ya los seres humanos estamos hartos de la violencia que vivimos desde tiempos inmemoriales, y toda manifestación como la vertida por el mandatario persa debe ser enfrentada con la máxima energía, dentro de las normas del derecho internacional, puesto que de lo contrario, se estaría tolerando una vez más la barbarie a nivel mundial.
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