Una calle de La Habana, CubaLa Dra. Hilda Molina es una prestigiosa neurocirujana cubana cuyo hijo, nuera y nietos viven en Argentina, a los cuales no puede visitar no porque exista algún impedimento legal, sino porque no se lo permite el dictador Fidel Castro, temeroso que no regrese a su país por considerar a su cerebro como patrimonio del estado cubano.
Llama mucho la atención que las organizaciones argentinas que argumentan defender los derechos humanos, no se preocupen en lo más mínimo sobre la injusta situación de esta médica, como así tampoco de la persecución sistemática a la que son sometidos los que disienten con el tirano caribeño, que desde hace más de 45 años maneja a voluntad los destinos de su pueblo, encarnando un régimen del tipo estalinista con todas las aberraciones habidas y por haber que le son propias.
2 comments:
Charly...esas organizaciones, deberían de cumplir con las normas y principios para lo cual son creadas, en este caso de Cuba, no se entiende el por qué se hacen tantos países los ciegos. Ahora tenemos dos tiranos caribeños.
Abrazos.
Valeria, después hay gente que apoya a ese régimen fracasado y dictatorial.
Besos!
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