La República y la macroeconomía

Obelisco de la Ciudad de Buenos Aires

Hoy se cumplen cinco años de la renuncia de un presidente constitucional, que por sus propios errores y una falta total de respaldo político de la agrupación que lo llevó al gobierno, derivó en una crisis descomunal, probablemente la más grave vivida por nuestro país a lo largo de su historia.

Actualmente las variables macroeconómicas son favorables como pocas veces antes, pero lamentablemente, en cuanto a calidad institucional respecta, a mi entender estamos peor al no regir una adecuada separación de poderes, desde el momento en que el poder judicial, y especialmente el legislativo, se hallan subordinados a los dictámenes expresos o tácitos del ejecutivo, situación que de continuar afectará inexorablemente a la economía, de cuyo importante crecimiento tanto se jacta el gobierno, porque al no haber seguridad jurídica se hace difícil que lleguen a nuestro país masivamente capitales extranjeros, fundamentales para efectuar inversiones de riesgo que permitan disminuir sensiblemente la desocupación, que hoy en día supera el 10%.

Las obligaciones del estado son proporcionar justicia, educación, salud y seguridad. Todas las veces que intentó realizar actividades adecuadas para el sector privado, quedó demostrado que el estado como empresario es realmente una calamidad, llegando varias veces a convertir una actividad redituable en completamente deficitaria, de cuyo costo siempre somos los contribuyentes los que nos tenemos que hacer cargo. Por estos motivos, y muchos más, la República es más importante que la macroeconomía.