Un buen transporte, pero mal utilizado

La utilización de transportes de pasajeros de dos pisos para distancias cortas y medias, como sucede en varias ciudades del mundo, está completamente justificada porque alivia los congestionamientos de tránsito al tener el doble de capacidad que los tradicionales. Argentina es uno de los pocos países del mundo en utilizar aquellos vehículos en trayectos largos, incrementando el riesgo de los pasajeros de sufrir un accidente al tener estas unidades el centro de gravedad desplazado hacia arriba, por lo tanto su estabilidad es menor y lo convierte en vulnerable a un vuelco en el caso de una maniobra inadecuada del conductor o un impacto con otro vehículo.

Estos autobuses en los últimos tiempos han venido protagonizando varios accidentes, algunos de ellos fatales, fundamentalmente por lo anteriormente enumerado, pero tampoco se puede soslayar que muchas empresas exigen desmedidamente a sus chóferes, incrementando los niveles de estrés con la consiguiente disminución de su aptitud para un manejo seguro.

La Secretaría de Transporte debería tomar cartas en el asunto y no permitir la utilización de tales vehículos para largas distancias, y exigirle a las empresas que le permitan a su personal tener la cantidad reglamentaria de horas de descanso, lo que redundaría en una disminución de los accidentes en las rutas, numero que es inadmisiblemente elevado.