La industria farmacéutica, basándose solamente en hipótesis argumenta que si un individuo ingiere diariamente comprimidos de determinadas vitaminas y minerales puede contrarrestar el estrés oxidativo, responsable de diversas enfermedades y el envejecimiento prematuro. Hace unos pocos meses en varios centros médicos se dio a conocer el resultado de una investigación llevada a cabo durante diez años con personas que tomaban diariamente tales sustancias, llegando a la conclusión que además de no producirles ningún efecto benéfico, incrementaban las probabilidades de padecer diferentes afecciones.
Si bien no soy médico, el tema me interesa y me puse a investigar acerca de cuáles podrían ser los motivos de esa disparidad de criterios. Los medicamentos llamados antioxidantes tienen en su fórmula por lo general vitaminas C, E, betacaroteno y minerales tales como cinc y selenio, lo sorprendente es la relación existente entre los requerimientos diarios establecidos por la OMS (Organización Mundial de la Salud) y las dosis presentes en los mismos, desde el momento en que un adulto necesita para mantenerse saludable 60 mg de vitamina C y 30 mg de vitamina E, pero los citados comprimidos con respecto a la primera suelen contener 250 mg y en cuanto a la segunda 200 mg. Incluso algunos son elaborados con dosis aún mayores.
Las vitaminas se dividen en dos grandes grupos, las hidrosolubles que son eliminadas por la orina, y las liposolubles que se acumulan en el tejido adiposo y en el hígado, pudiendo producir su ingesta en exceso y durante períodos prolongados daños de extrema gravedad. Probablemente ésta sea la razón por la cual quedó confirmado que sus efectos en el largo plazo no son beneficiosos, lo que refuerza el concepto de que una alimentación variada aporta todos los nutrientes necesarios y los suplementos deben ser prescriptos por el médico en casos específicos y nunca automedicarse, como lo proponen a través de subliminales campañas publicitarias ciertos laboratorios inescrupulosos, para obtener beneficios a costa de la ingenuidad de aquellos que creen en pastillitas mágicas, situación que se agrava en el caso de los mal llamados adelgazantes que no son otra cosa que diuréticos, laxantes o anfetaminas, que reducen, en el caso de estas últimas el apetito, pero terminan dañando la psiquis de un individuo en muchos casos de manera irreversible.
En el citado tema el ministerio de salud debiera tomar cartas en el asunto, porque no es ético este proceder que genera suculentos beneficios en base al engaño sistemático y muy bien planificado, poniendo en peligro el bien más preciado del ser humano, su salud.
Si bien no soy médico, el tema me interesa y me puse a investigar acerca de cuáles podrían ser los motivos de esa disparidad de criterios. Los medicamentos llamados antioxidantes tienen en su fórmula por lo general vitaminas C, E, betacaroteno y minerales tales como cinc y selenio, lo sorprendente es la relación existente entre los requerimientos diarios establecidos por la OMS (Organización Mundial de la Salud) y las dosis presentes en los mismos, desde el momento en que un adulto necesita para mantenerse saludable 60 mg de vitamina C y 30 mg de vitamina E, pero los citados comprimidos con respecto a la primera suelen contener 250 mg y en cuanto a la segunda 200 mg. Incluso algunos son elaborados con dosis aún mayores.
Las vitaminas se dividen en dos grandes grupos, las hidrosolubles que son eliminadas por la orina, y las liposolubles que se acumulan en el tejido adiposo y en el hígado, pudiendo producir su ingesta en exceso y durante períodos prolongados daños de extrema gravedad. Probablemente ésta sea la razón por la cual quedó confirmado que sus efectos en el largo plazo no son beneficiosos, lo que refuerza el concepto de que una alimentación variada aporta todos los nutrientes necesarios y los suplementos deben ser prescriptos por el médico en casos específicos y nunca automedicarse, como lo proponen a través de subliminales campañas publicitarias ciertos laboratorios inescrupulosos, para obtener beneficios a costa de la ingenuidad de aquellos que creen en pastillitas mágicas, situación que se agrava en el caso de los mal llamados adelgazantes que no son otra cosa que diuréticos, laxantes o anfetaminas, que reducen, en el caso de estas últimas el apetito, pero terminan dañando la psiquis de un individuo en muchos casos de manera irreversible.
En el citado tema el ministerio de salud debiera tomar cartas en el asunto, porque no es ético este proceder que genera suculentos beneficios en base al engaño sistemático y muy bien planificado, poniendo en peligro el bien más preciado del ser humano, su salud.
8 comments:
Pues debo confesar que yo soy de aquellos que jamás le hice ni le haré caso a los médicos en lo que a recetas respecta. Si me siento mal manoteo en el botiquin lo que haya. Una vez comimos un tremendo guiso de lentejas un 25 de mayo y me sentía mal. Fui y me tomé sin saber los evanol de mi hermana. Y me hizo bien... yo no creo que sea malo automedicarse. Es cuestión de suerte.
Es bueno que haya gente como vos abierta a toda clase de inquietudes en esta sociedad hedonista y nihilista. Te felicito.
Charly.. Charly.. Charly... te voy a parecer una tarada. ¿Cómo hacés para escribir sobre los temas más variados con tanta ecuanimidad? Te juro que a veces cuando te leo me digo "nena, aprendé un poco de este chico, vos que sos tan atolondrada y leche hervida".
¿Hay alguna dirección a la que pueda escribirte?
Lo mismo cuando exigen un nivel de colesterol que únicamente puede conseguirse consumiendo fármacos.
Un negocio redondo.
Y los médicos, como tontos, se anotan.
Lord Maranus, al médico siempre hay que prestarle atención y si no te satisface lo que te prescribe lo lógico es consultar con otro facultativo.
Un abrazo!
Guadalupe, es muy sencillo, de lunes a viernes a la noche en lugar de ver televisión me dedico a la lectura, generalmente hasta las dos de la mañana, a no ser que tenga que hacer alguna otra cosa. En cada uno de mis tres blogs figura mi dirección de correo electrónico, si alguien desea escribirme puede hacerlo y a la brevedad le responderé.
Besos!
Fabiana, a partir del descubrimiento de las estatinas la cifra máxima de colesterol total, por presiones de la industria farmacéutica, dejó de ser 240 para establecer como límite 200. Solamente esto último rige para las personas con más de un factor de riesgo como puede ser el tabaquismo, el sedentarismo, la presión arterial elevada y antecedentes familiares de enfermedades cardiovasculares.
Besos!
Charly: Es verdad lo que se dice de Cormillot? a mi me contaron que una vez mientras estaba atendiendo a un señor muy obesito en el segundo cajón del escritorio tenía un choripan extra large aderezado y todo y cuando sus pacientes se dirigian a la balanza, él aprovechaba para engullirse sin culpas el embutido. Vos que pensas?
Para mi que es cierto, porque me lo contó alguien a quien aprecio mucho (mi mamá)
Besos Charly!
Chica del surcidio, lamentablemente lo desconozco, igualmente no hay que descartar ninguna posibilidad.
Besos!
Charly
Hola!
navegando por ahí encontré el blog de tus fotitos y me pareció rebuenísimo. Me gusta la de la ballena, esa que salta, jaja re-loco el batráceo, jaja.
Estoy de acuerdo con lo que le contestás a lord maranus, que si no te trata bien un doctor te tenés que cambiar.
Mi antiguo médico el doctor Luppi (jaja, sí, igual que el actor, jaja) no me satisfacía, pero me cambié y ahora me hago atender por otro, que me atiende re-bien y a veces hasta ni me cobra.
Me gusta tu blog, este está bueno y el otro de las fotos también. Voy a seguir viniendo. Jaja, me gusta la de la ballena, jaja, que loca.
Un abrazo!
Roberto.
(PD: ahora que descubrí tus blogs cada vez que pasa un avion miro para arriba y saludo por si sos vos, pero no se debe ver nada, jajaja, estoy medio loquito, me parece, mamá me lo dice siempre, jaja. Saludos!) XD
Robert Mitchum, es un honor que una celebridad de Hollywood visite mi blog. Me parece muy bien lo que decís con respecto al médico, te aclaro que solamente soy piloto de aviones livianos, prefiero trabajar por mi cuenta como profesional independiente, y no estar sufriendo las constantes presiones que sufren mis amigos de Aerolíneas Argentinas y Austral.
Un abrazo!
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