Tuesday, January 23, 2007

El navegante solitario, y la burocracia


Frecuentemente, solemos quejarnos por la burocracia imperante y la desorganización administrativa que padecemos, sin contar determinadas leyes que a veces parece que fueron diseñadas para complicarnos, en lugar de ayudamos a solucionar los problemas.

Lamentablemente esta ha sido una constante en nuestra historia, y un caso que entra en el terreno de lo ridículo, que sucedió hace muchos años, lo tuvo como protagonista a Vito Dumas "El navegante solitario" (1900-1965), quien el 1 de julio de 1943 inició un viaje alrededor del mundo en un pequeño velero, el Lehg II, completamente sólo, con escalas en Ciudad del Cabo (Sudáfrica), Wellington (Nueva Zelanda) y Valparaíso (Chile) regresando a Buenos Aires tras una travesía de un año y 36 días. Toda una proeza para aquella época, donde no existían los instrumentos de navegación actuales como el sistema de posicionamiento global, que permite determinar instantáneamente y con suma precisión las coordenadas geográficas del lugar en que uno se encuentra. Vito debió recurrir a la brújula magnética, la solar y establecer su posición observando las estrellas.

La partida fue desde la ciudad de Buenos Aires, más precisamente la costanera sur, donde actualmente se encuentra la reserva ecológica y también se halla una placa conmemorativa de aquel trascendental evento. En realidad, oficialmente en la documentación figura como punto de inicio la ciudad de Montevideo (Uruguay), puesto que por cuestiones reglamentarias no podía emprender semejante recorrido desde la República Argentina.

Esto fue el colmo de lo absurdo, pero lamentablemente situaciones parecidas ocurren a diario, lo que demuestra la falta de racionalidad de nuestros legisladores para adaptarse a los tiempos en que estamos viviendo.


1 comment:

Ninguno said...

Charly: gracias por informarme de ese gran acontecimiento que no lo tenía registrado. La verdad que ese hombre se pasó. Para aplaudirlo de pie.
Un abrazo.