La generación de residuos tóxicos producidos por diversas industrias, incluyendo los radioactivos, son un problema que tiende a agravarse porque muchos de ellos no pueden ser reciclados, siendo almacenados en depósitos con el consiguiente riesgo que ello implica para la vida humana, animal y vegetal. Lo ideal sería la reconversión de tales industrias para que utilizasen elementos no contaminantes, pero lamentablemente esto no será posible, al menos en un futuro cercano.
Al encontrarnos ante una situación ecológica que tiende a ser caótica en determinadas regiones del mundo, una alternativa a mi entender viable, al menos hasta que la ciencia evolucione lo suficiente como para desarrollar una tecnología que no dañe al ecosistema, sería trasladar los desechos industriales más letales a un lugar completamente deshabitado. El lugar está a una distancia considerable de cualquier centro poblado, y no es otro que la Luna, el satélite natural de la tierra. Esto podrá parecer a simple vista algo absurdo, pero es preferible antes de seguir contaminando el planeta donde vivimos y donde vivirán las generaciones venideras, porque a este ritmo de depredación numerosas especies de animales se extinguirán, con la consiguiente polución de las reservas de agua dulce ya de por sí escasas, y la deforestación que inexorablemente provocará un cambio climático con graves consecuencias para todos.
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