Wednesday, November 29, 2006

Una interesante anécdota


Hace muchos años un humilde granjero escocés de apellido Fleming, estaba realizando sus labores cotidianas, y de repente escucha el pedido de auxilio de un niño que había quedado atrapado en un pantano, hundiéndose lenta pero irremediablemente, pudiendolo salvar de la muerte. Al día siguiente a la casa del granjero llega un lujoso carruaje del cual desciende un caballero, para darle las gracias por haber salvado la vida de su hijo y ofreciéndole una recompensa monetaria por tal acto de arrojo, a lo que Fleming se negó a aceptar puesto que consideraba su obligación al actuar como lo hizo. En ese preciso instante sale de la casa el hijo de granjero, y el noble caballero ofrece pagarle una educación similar a la recibida por su propio hijo, con el argumento de que si es tan buena persona como el padre, seguramente todos saldrán beneficiados.

El niño auxiliado se llamaba Winston Churchill (1874 -1965), quien posteriormente fuera primer ministro británico, y a quien su padre pagara los estudios fue Alexander Fleming (1881 - 1955), el descubridor de la penicilina. Años más tarde Winston padeció una severa pulmonía y logró salvar su vida gracias al formidable antibiótico descubierto por Alexander, el cual sigue siendo utilizado hasta nuestros días.

3 comments:

Daniela said...

Charly...hacer siempre el bien , sin mirar a quien, siempre lo pienso, pero que sería de todos si no se aceptaba la ayuda.
Besos.

C. W. Karl said...

Daniela, seguramente no fue una casualidad, sino una manifestación de Dios a través de algún intermediario suyo, que sin dudas tiene que haber sido un Ángel.

Besos!

Marcel Pommiez said...

Mira que curioso... Esas son las vueltas de la vida...


Un abrazo