No son monarcas, pero actúan como si lo fueran

La inoperancia y pasividad de nuestro gobierno está a punto de ocasionanos otro conflicto internacional, y esta vez es con Uruguay, al no actuar contra un minúsculo grupo de asambleístas que pretenden manifestar en el río homónimo, por el establecimiento en el puerto de la ciudad de Nueva Palmira de una zona exclusiva para que la empresa Botnia la utilice como punto de partida a los efectos de exportar la celulosa producida en Fray Bentos.

Cuando el gobierno de la República Oriental del Uruguay expresó su preocupación sobre la posibilidad de un atentado terrorista en su territorio, se basaba en las expresiones públicas de algunos exaltados pobladores de la provincia de Entre Ríos, al afirmar que estaban dispuestos a utilizar explosivos para volar la chimenea de la industria que es el epicentro del diferendo.

Por temor a la pérdida de algunos votos y la falta de una visión estratégica, las autoridades nacionales y provinciales no les ponen límites a aquellos que inexorablemente se los tendrán que imponer las autoridades uruguayas, cuando en la acción demencial que están planificando, siempre y cuando se atrevan a realizarla, sean enfrentados por unidades de la armada y la prefectura del país vecino, que sin lugar a dudas harán lo que en ningún momento se ha atrevido a poner en práctica nuestro gobierno, por la caprichosa pusilanimidad disimulada infructuosamente con las verborrágicas filípicas del matrimonio presidencial, que cada vez se parece más a una pareja monárquica que a los representantes de una república.