Thursday, November 09, 2006

Recorridos improvisados


Un recorrido que siempre me produce sensaciones de asombro, y de toda clase, es salir a recorrer la ciudad donde vivo y sus alrededores, sin rumbo preestablecido, dejándome llevar por por ese duende interior que todos tenemos y muchas veces nos permite improvisar obteniendo resultados sorprendentes, para posteriormente atribuirlos al azar o la intuición.

En automóvil, a pie o en cualquier medio de transporte siempre disfruté dirigiéndome adonde sea, no importa el lugar, y es así como he podido conocer la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores como la palma de mi mano, incluso ingresando en zonas a las que varios de mis amigos no se atreverían siquiera a aproximarse. Hago lo mismo en todo lugar que voy.

Cuando estaba realizando la carrera de piloto comercial me tocó efectuar un vuelo de travesía en un pequeño avión, y sin acompañante me dirigí a una ciudad distante a 160 km del aeródromo de partida. Era la primera vez en mi vida que estaba tan solo y tan alejado de la persona más cercana, pero en todo momento me sentía acompañado, al punto tal que solía fijarme en el asiento del acompañante para convencerme de que no había nadie. Por esto mismo las sensaciones que uno percibe nunca deben ser minimizadas, porque de no haberle dado trascendencia a ese tan particular instante, no hubiera podido disfrutar de manera tan excelsa del cielo, alguna que otra nube, lagunas, pequeños bosques y en especial la Pampa en su sorprendente dimensión, con el agregado de que esa sensación quedó para siempre registrada en mi mente como en mi corazón, y cada vez que la recuerdo me lleno de felicidad.

Nunca nadie está completamente sólo y ningún lugar se encuentra demasiado lejos, esto es tan cierto y tan simple, que tardé varios años en poder entenderlo.

2 comments:

Daniela said...

Charly...tu sabes que tu ángel te acompañaba, me imagino la belleza del paisaje que disfrutastes.
Besos.

C. W. Karl said...

Daniela, volar es más seguro que andar en un automóvil, por lo tanto en esos momentos el ángel de la guarda tiene menos trabajo que cuando uno está en la superficie terrestre.

Besos!