El superávit fiscal alcanzado, del cual se vanaglorian ciertos economistas, debería ser analizado con detenimiento, porque visto parcialmente se podría llegar a tener una impresión un tanto distorsionada.
La recaudación, sin lugar a dudas, ha sido y sigue siendo muy importante, pero se debe fundamentalmente al impuesto al cheque, los elevados aportes patronales, la falta de actualización de los haberes jubilatorios, y en especial a las desmedidas e injustas retenciones a las exportaciones de productos agropecuarios. Si no fuese por todo esto, probablemente nuestro presupuesto sería neutro o deficitario.
Lamentablemente tales resultados macroeconómicos no se basaron en el incremento de la producción de bienes y servicios, y de haber sido así podríamos afirmar, que Argentina está logrando un desarrollo sustentable, que evidentemente no se está alcanzando.
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