En la República de Sudáfrica cuando se salió del oprobioso Apartheid, quedaron muchas heridas abiertas tras tantas décadas de injusticias, por lo tanto fue imperante tomar una medida ejemplificadora para con los numerosos miembros de las fuerzas de defensa y policiales, incluyendo a los civiles, que cometieron toda clase de vejaciones.
La solución jurídica para esta situación fue muy eficaz, se creó la Comisión de la Verdad y Justicia que tenía por finalidad analizar los innumerables atropellos que sufrió gran parte de la población de aquel país, pero no con espíritu de revancha sino para que todo aquel que haya delinquido durante el anterior régimen fuera amnistiado, pero para ello previamente debía reconocer públicamente ante dicha comisión la totalidad de los delitos cometidos y pedirle disculpas a las víctimas o a sus familiares. Es así como se cerró un capítulo horroroso de la historia de la humanidad, de lo contrario nunca hubiera habido paz entre los sudafricanos. Lamentablemente han sido pocos los países en el mundo que han tenido dirigentes de la talla de Nelson Mandela, que pudo lograr en poco tiempo lo que muchos no logran en décadas y tal vez nunca lograrán.
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