Neutralizando al enemigo

Las fuerzas norteamericanas apostadas en Irak, abatieron a un sanguinario individuo el que era la máxima autoridad en ese país de la organización terrorista Al-Qaeda, localizado probablemente por la delación de uno de sus colaboradores, tentado por la recompensa que daba el gobierno estadounidense, de 25 millones de dólares por cualquier dato que diera con su paradero.

Haber eliminado al temible Abu Mussab al Sarkawi dentro del contexto de la lucha global contra el terrorismo, es algo comprensible, y lo que no me parece lógico es la actitud de algunos jefes de estado de haber tomado ese hecho festejandolo como si fuera un triunfo deportivo, cuando diariamente mueren numerosas personas de diferentes nacionalidades y religiones, tanto civiles como militares, en esa guerra tan absurda como todas las que se han producido a lo largo de la historia de la humanidad.