Stephen Hawking es considerado el más grande astrofísico de la actualidad. Su discapacidad, que ya era perceptible desde su época de estudiante en la universidad de Oxford, progresó hasta impedirle la movilidad en forma total, incluso imposibilitandole hasta el habla, y a pesar de todo pudo desarrollar su cerebro de una manera formidable, siendo considerado en la actualidad a la altura del mismísimo Albert Einstein.
Albert en base a sus investigaciones sobre la teoría de la relatividad decía que Dios al crear el universo no jugaba a los dados, Stephen fue más allá y dijo que Dios no solamente jugaba a los dados, sino que los arrojó en lugares diferentes, aportándole a la ciencia conocimientos de incalculable valor.
A través de una computadora especialmente diseñada para el, es como Stephen puede comunicarse y realizar sus investigaciones, demostrando a todo el mundo que el ser humano posee capacidades muy superiores de las que cree tener, pero para poder desarrollarlas hace falta tener una inquebrantable voluntad, y estar dispuesto a sacrificarse por sus convicciones durante décadas.
Lo anterior debería ser tenido en cuenta por aquellos impacientes que pretenden obtener resultados inmediatos, y cuando no los logran se desalientan y se sumen en la apatía, para después autojustificarse responsabilizando a los otros por sus fracasos, cuando en realidad los únicos culpables son ellos mismos.
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