Hay algo muy importante a lo cual no se le presta la atención que merece, y son las contraseñas elegidas para poder tener acceso al correo electrónico, blog y toda la multiplicidad de recursos informáticos que podamos estar utilizando, desconociendo muchas veces nuestra vulnerabilidad al no proceder de manera racional en lo que atañe a la seguridad informática.
Como primera medida nunca hay que utilizar como contraseña un nombre, sea propio o ajeno, tampoco fechas representativas de algún evento determinado, por que la probabilidad en este caso de deducirla sería algo extremadamente sencillo para un programa elaborado para tal fin.
La lógica indica que una contraseña debe ser larga, 8 caracteres como mínimo, estando conformada por números, letras minúsculas y mayúsculas además de símbolos (#, &, %, /, etc.). La misma debe ser memorizada y no tenerla escrita en ningún lado, y en el caso que uno deba utilizar muchas, una alternativa viable es alguno de los tantos programas que facilitan su almacenamiento y que requieren de una clave maestra para su acceso. El que utilizo desde hace un año es el KeePass, que puede ser descargado libremente y me ha dado muy buenos resultados, además de poseer un sinnúmero de opciones.
Recordemos el dicho que dice que una cadena es tan fuerte como su eslabón más débil, por lo tanto si tenemos bien protegida nuestra información no tendremos que preocuparnos tanto, de aquellos que permanentemente están buscando alguna vulnerabilidad en los sistemas para ingresar y producir algún estropicio.
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