Es bien sabido que el cerebro tiene actividad eléctrica, puede ser comprobado fácilmente a través de un electroencefalograma, y cada pensamiento activa una parte determinada del mismo, y esa energía es la que interviene en el proceso que cité al principio. Esa fuerza interior ejercida de manera correcta puede ser de gran ayuda en nuestras actividades cotidianas, y lo que hay que recalcar es que la voluntad surge en segundo término, primero el individuo tiene que tener la convicción, sin la cual lo primero no existiría, y es lo que permite no desalentarse ante los fracasos, porque al tener en claro que es lo que se persigue, uno ideará la alternativa más apropiada para cada ocasión y no habrá posibilidad de desanimarse.
Esta cualidad la tenemos todos los seres humanos, lo que ocurre es que uno a veces la ignora o la utiliza de manera incorrecta. El libro al cual me refería fue escrito por Claude Bristol, y por ser tan obvio lo que escribe casi no es tenido en cuenta por la mayoría de las personas.
2 comments:
Charly...en nosotros se encuentra el poder hacer las cosas que núnca creimos posibles, somos en cierta forma lo que pensamos, con un pensamiento persistente se puede conseguir a través de la fe, todo lo que esperamos. Besos.
Valeria, estoy absolutamente de acuerdo con tu comentario, si tuviéramos más confianza en nosotros mismos podríamos obtener mejores resultados en nuestras actividades cotidianas.
Besos
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