Con respecto al actual gobierno me considero un opositor democrático, no lo voté y no lo votaría nunca, sus integrantes carecen del nivel intelectual indispensable para ejercer sus cargos, según lo que puedo apreciar en base a las políticas aplicadas y las opiniones que brindan a los medios de prensa, incluyendo los lamentables debates en las diferentes legislaturas a lo largo y ancho del país. En la problemática jurídica y la honorabilidad de los funcionarios, tengo mi opinión pero me la reservo, porque creo en la separación de poderes, especialmente en la necesidad de una justicia independiente, razón por la cual si tuviera las pruebas de lo que pienso las presentaría ante un juez.
Ser opositor, no significa en lo más mínimo ser violento ni apoyar siquiera indirectamente un acto vandálico ejercido por otros, como fue el caso ocurrido el día sábado cuando la Sra. Ministro, hermana del Sr. Presidente fue agredida por un grupo de individuos doblemente cobardes, por tratarse de una mujer.
Oponerse decididamente a la violencia, provenga del sector que proviniese, es una condición necesaria para tener la autoridad moral que permita criticar por igual, a todos los que en la historia de nuestro país fueron responsables de numerosos baños de sangre.
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