Algunas consideraciones sobre el frío

Iceberg, Patagonia Argentina

Ante las bajas temperaturas, un error frecuente es suponer que bebiendo brandy o cognac serán contrarrestados los efectos del frío, cuando en realidad lo que ocurre es que el alcohol dilata las arterias, dificultando la capacidad natural del organismo para mantener el calor puesto que al disminuir sensiblemente la temperatura, como medida de autoprotección el sistema nervioso autónomo produce una vasoconstricción, y si ésta es neutralizada por la bebida, en casos extremos puede ocasionar graves consecuencias al individuo.

La sensación térmica de quien se encuentra en estas condiciones, lo inducirá a creer que no hace tanto frío, pero en realidad a lo anteriormente comentado se le debe agregar la cualidad del alcohol de bloquear, según su dosis, la región del cerebro que interviene en la percepción de la temperatura.

Quien disfruta de las bebidas alcohólicas en invierno, puede hacerlo estando en un lugar calefaccionado, si lo llegara a hacer un montañista a la noche creyendo que lo ayudará a soportar el clima y dormir mejor, probablemente al otro día no despierte, o si lo hace algunas de sus extremidades habrán sufrido principio de gangrena, con el riesgo de no poder desplazarse y complicarse el cuadro al punto de tener que sufrir una amputación.