Una persona vale por lo que realmente es, no lo que quisiera ser o piensen los demás, como el caso de aquellos que se adjudican un título sin haber efectuado los correspondientes estudios, solamente para pretender ostentar un status inexistente, y satisfacer un ego endeble u obtener un beneficio pecuniario completamente injustificable.
En el caso de los abogados, de no tener un doctorado en leyes, a mi entender no deberían firmar como lo hacen habitualmente anteponiendo a su nombre la abreviatura "Dr.", al igual que los contadores públicos, al encontrarse en similares condiciones. Probablemente la ley haya sido hecha a imagen y semejanza de los políticos, puesto que la gran mayoría de ellos son juristas, y la denominación antes mencionada es sumamente atractiva al momento de estampar la firma en algún documento, o cuando son entrevistados por los medios de prensa.
Nadie debería ser llamado doctor, sin haber realizado el correspondiente doctorado, incluyendo también a quienes dicen ser ingenieros o licenciados sin serlo, y sin haberse esforzado en lo más mínimo para obtener el título que afirman poseer.
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